Joaquín Ureña

Pequeña historia de una gran amistad. Esta ha sido siempre mi relación con la Galería Ansorena y sobre todo con su directora Cristina Mato.

Aún recuerdo la sorpresa de Cristina, cuando nos presentamos sin avisar, en septiembre de 2002, de la mano de nuestro común amigo Jesús Cámara para conocerla, mostrándole un catálogo antiguo.

Ella me encargó entonces que realizara una serie de cuatro piezas de 100 x 100 cm. que se vendieron y ya concretamos mi primera exposición para abril de 2003.

A partir de esa fecha y sin interrupción, he realizado muestras individuales cada tres años en Ansorena y he tenido la suerte de ir conociendo a la familia que siempre y por encima de todo me han mostrado su cariño.

También y de su mano fui invitado a participar en colectivas importantes como la de “50 años de Realismo Español “en la sala Baluarte del Ayuntamiento de Tres Cantos.

Para mí es un gozo estar en Madrid por razones familiares y de amistad, imaginaros poder disfrutar aparte de su acogida, de sus equipamientos culturales y encima con una exposición montada.

En cuanto a mi pintura siempre me he sentido atraído por el realismo, utilizando la acuarela y usando el formato como una herramienta más. No tanto por saltarme las reglas sino para expresarme con mayor libertad. No da el mismo resultado, un tema en formato habitual que el mismo tema usando un formato mayor.

Siempre pinto del natural, me enfrento al tema en directo sea en los grandes formatos que implican un gran riesgo y fatiga, o los pequeños apuntes que realizo sentado en una terraza para descansar.

Lo que he tratado toda la vida es pintar mejor, esto es contar con los menores medios la idea que quería expresar y a veces lo consigo, eso si, después de varios intentos.

Yo siempre digo que mi pintura es de alto riesgo. Pero os imagináis el gozo de conseguir una mezcla limpia en una gran superficie? –persiguiendo esa ilusión he pintado siempre.

Cuento mi mundo más cercano, mis espacios, usando como modelo a los transeúntes o a los compañeros de tertulia tomándose un café. Disfruto captándoles en un gesto cotidiano con el menor número de pinceladas posibles. Yo digo que con los cuadros grandes me fatigo, y con lo que llamo apuntes descanso -es que no se hacer otra cosa-.

Yo concibo la Pintura como una forma de mirar. Por eso digo que pintar es mirar. Disfruto cuando el espectador interpreta las manchas de color y ve en ellas el título de algún libro o el brillo de un metal.

Respecto al color lo utilizo con intención: muchas veces son colores más deseados que reales.

Eso y tratar de aprender como en el dibujo del anciano de Goya que ayudado de un bastón dice “Aun aprendo”.

Joaquín Ureña