Pablo Serrano

Pablo Serrano (1908–1985) es uno de los representantes más destacados de la escultura española contemporánea. A lo largo de su trayectoria, combina su constante preocupación por los aspectos formales y conceptuales con una profunda reflexión sobre la condición humana. Artista reflexivo, su obra es una búsqueda incesante de respuestas sobre la esencia del arte y el sentido de la existencia.

Nacido en Crivillén (Teruel), se traslada a Zaragoza y Barcelona en su juventud, aunque su evolución artística se define en Argentina y más tarde en Montevideo, donde inicia su camino hacia la abstracción. Esta etapa culmina en 1955 con su regreso a España para participar en la “III Bienal Hispanoamericana de Arte”, en Barcelona. En 1957 es miembro fundador del grupo El Paso.

La exposición que aquí se presenta ofrece un recorrido por su producción, con creaciones de distintas épocas y sus series más representativas, abarcando desde su primera obra "Alexis" del año 1939 hasta su fallecimiento en 1985. El itinerario comienza con piezas de transición, sus Toros, volúmenes esquematizados, de líneas depuradas y notable modernidad. Le siguen sus emblemáticos Hierros, composiciones formadas por la unión de chapas metálicas, clavos de derribo y piedras volcánicas, que ensambla en un intento de “organizar el caos”. En la serie Quema del objeto, que desarrolla a continuación, introduce el fuego como elemento decisivo en el proceso creativo.

A partir de este momento, su preocupación se centra en la dimensión humana. Con las Bóvedas para el hombre, con las que representa a España en la XXXI Bienal de Venecia en 1962, el escultor refleja su hondo compromiso con el ser humano, su existencia, sus circunstancias. Estas formas irregulares, a veces con huellas de ladrillo, se conciben como refugios para un ser expuesto al mundo sin protección.

Los Hombres bóveda, que desarrolla posteriormente, son estructuras antropomorfas que evocan troncos humanos, superficies oscuras y opacas en el exterior que contrastan con un interior brillante y pulido. De ellos derivan los Hombres con puerta, en los que incorpora una pequeña abertura móvil que el espectador puede manipular, revelando una bóveda luminosa, símbolo de esperanza. Con las Unidades-yunta, esculturas formadas por dos piezas complementarias que, al unirse, conforman una sola entidad, Serrano reflexiona sobre la necesidad de interacción y comunicación.

Los retratos expresionistas constituyen otra constante en su producción, figuras en las que busca captar la esencia del retratado, basándose en la observación minuciosa y, en muchos casos, en la relación personal con sus modelos.

La exposición concluye con los Divertimentos con Picasso: la guitarra y el cubismo, realizados en sus últimos años y expuestos en el Museo Guggenheim de Nueva York en septiembre de 1985. Estas creaciones revisitan los recursos plásticos del cubismo tomando la guitarra como motivo central.

Este recorrido por el legado de Pablo Serrano evidencia su constante exploración en torno a la materia, el espacio y la identidad humana. Su escultura es una manifestación de inquietudes filosóficas y existenciales que atraviesan toda su producción.

Dolores Duran Úcar