Fragments of Being

Tras haberla abandonado durante dos años, retomé una pintura de Holly y su novia Gillian, una pareja de lesbianas que conocí en Londres. La pausa provocada por la pandemia había arrojado en mí una sombra de duda sobre muchas obras que tenía en mente, y esta, en particular, ya me había dado problemas: no lograba ensamblar de forma convincente partes de sus cuerpos a partir de las múltiples fotos que les había tomado. La noticia de que Holly y Gillian habían roto me convenció de dejar atrás la escena erótica original y utilizar la obra como un experimento. Borré parcialmente el rostro de Gillian y retraté a Holly en un estado de ensoñación, como si la escena fuera un recuerdo de su pasado. “When we were together” (2022) abrió un nuevo camino en mi trabajo, donde la realidad se fragmenta en distintas partes del ser: su pasado, su presente, sus emociones, diferentes tiempos y espacios.

Poco después, en enero de 2023, dejé Madrid e inicié un proceso migratorio difícil en Estados Unidos, donde sentí la soledad de haber elegido, una vez más, empezar de nuevo, una decisión que acentuó aún más el sentimiento de estar dividido en un pasado nómada de continuos desarraigos. No pude cumplir con mi compromiso de realizar una exposición individual en la Galería Ansorena en junio de ese año, ya que, hasta mediados de 2024, mientras se tramitaba mi solicitud de residencia, no se me permitía salir de EE. UU. Esta es aquella exposición, simplemente madurada con más lentitud. Aunque algunas obras retoman mi estilo realista anterior, donde la fractura es más simbólica—como en “Ocean view”, con los restos de un coche calcinado frente al mar, o en “Scripta manent”, donde una chica quema páginas de su diario—la mayoría son experimentos. Utilizan fragmentos de imágenes que introducen nuevos matices y capas temporales. Cada una de estas nuevas obras me llevó meses de dedicación, mientras exploraba nuevas maneras de trabajar y aprendía cuándo detenerme y aceptar una pieza como “terminada”, si es que puedo usar esa palabra.

Fragments of Being nace de la conciencia de que somos un flujo continuo de realidades efímeras, que se entrelazan y luchan por hacerse un lugar y ser relevantes en nuestra memoria. En su esencia, mis pinturas siguen sugiriendo estados de soledad, melancolía, desapego, o una atracción por los placeres reconfortantes y la belleza de las cosas. Pero, en su forma, estas “pinturas fragmentadas” incorporan distintos tiempos y, a veces, distintos espacios, como partes del complejo mundo que llevamos dentro como seres humanos.