Alberto Bañuelos (Burgos, 1949) comienza con su labor escultórica en 1982, la piedra es el material que elige para su trabajo.

La investigación con diferentes materiales, y su pasión como lector infatigable, le han conducido a la incursión en varios tipos de lenguajes escultóricos que, aunque en una primera y somera mirada parecen diferentes, hay debajo de todos ellos una sutil pero decisiva urdimbre en la que se estructura todo el discurso escultórico: LA SEMIÓTICA, el signo de las cosas; el resultado de expresar las ideas y sentimientos en formas lo más simples, sencillas y limpias posibles.

En esa misma estructura también se incluye su última forma de proceder “LA DECONSTRUCCIÓN”, en la que lleva trabajando los últimos quince años, y que desarrolla releyendo al desaparecido Jacques Derrida, abundando en su hacer y rehacer, en su deconstruir el pensamiento...

Con esa deconstrucción el artista expresa “una renovada forma de ver el mundo; de volcar una fresca y nueva mirada, de rehacer una vez más la vida, de desmantelarla para buscar otras formas de expresión, con el fin de que siendo siempre la misma…, surja nueva”.